Hace
un año aproximadamente en Houston [1], la industria del gas de
esquisto fue cogida in fraganti discutiendo sobre el uso de tácticas
militares y personal en suelo americano para intimidar y dividir a
las comunidades con el fin de continuar con su bonanza en el
fracking.
En
uno de los comentarios recogidos, pensado para ser dicho sólo entre
amigos [2], un profesional de relaciones públicas de una de las
industrias que representaba a Range Resources, Matt Pitzarella, dijo
que su compañía utiliza tácticas de guerra psicológica (PSYOPs)
[3] con los ciudadanos que viven en la cuenca de esquisto Marcellus.
Marcellus es uno de los epicentros del boom de la fractura hidráulica
global (“fracking”) [4].
Matt
Carmichael, manager de Asuntos Externos de Anadarko Petroleum
Corporation, dijo a los asistentes “estamos tratando con una
insurgencia [3]”, refiriéndose a los ciudadanos preocupados por
los impactos del desarrollo del petroleo y del gas en sus
comunidades. Asesoró a los profesionales de relaciones públicas
presentes en la habitación sobre los beneficios de usar el Manual de
Contrainsurgencia de los cuerpos de marina y de la armada americanas,
junto con el libro de Donald Rumsfeld, como guías para acabar con
las discrepancias.
Un
año más tarde, hemos sabido que la industria del petroleo está
empleando este agresivo acercamiento de estilo militar de forma
global. Según una nota de prensa publicada por Food and Water Europe
[5], la industria está espiando a los críticos del fracking en
Polonia [5].
“Informes
recientes desde Polonia muestran que se están empleando tácticas
opresivas tales como espionaje u operaciones secretas contra grupos e
individuos que cuestionan el desarrollo del gas de esquisto”,
explica la nota [5]. “Las compañías del gas de esquisto han
enviado espías a las reuniones anti-fracking y han informado de sus
hallazgos a las esferas más altas del gobierno polaco y a los
servicios de seguridad interna, de acuerdo con los informes de un
periódico diario polaco”.
Un
informe interno del gobierno del Ministerio de Asuntos Exteriores,
dirigido por inversores en gas de esquisto, fue dado a la Gazeta
Prawna, un periódico polaco. La Gazeta informó [5] de que los
inversores consideran que los activistas anti-fracking “vulneran el
orden y la seguridad públicas”, sirviendo esto como motivo de
operaciones de espionaje. Estos activistas anti-fracking en el
Esquisto Marcellus han sido etiquetados como “insurgentes” [6]
por Matt Carmichael [7], manager de Asuntos Externos de Anadarko
Petroleum Corporation en la Media
and Stakeholder Relations Hydraulic Fracturing Initiative [1],
conferencia
que tuvo lugar en Houston en octubre de 2011.
Este
desarrollo es una infacción del Artículo 10 de la Convención
Europea de los Derechos Humanos, donde leemos [8], "Todas las
personas tienen derecho a la libertad de expresión. Este derecho
incluye la libertad de opinión y la de recibir e impartir
información e ideas sin interferencia por parte de la autoridad
pública e independientemente de las fronteras".
El
fracking para uso comercial todavía está por empezar en Polonia,
pero tal y como informó Associated
Press
, podría comenzar en 2014 [9]. Las voces discrepantes , sin embargo,
están siendo ya suprimidas antes de que comience la diversión.
“Las
comunidades locales encuentran cada vez más que sus preocupaciones
sobre los impactos de las actividades de gas de esquisto sobre la
salud y el medio ambiente no se toman en serio”, ha dicho Wenonah
Hauter [5], Directora Ejecutiva de Food and Water Watch. “Esa falta
de evaluación científica independiente de los riesgos que conlleva
el gas de esquisto en Polonia es la razón por la que numerosas
asociaciones locales no dan la bienvenida a esta industria con los
brazos abiertos”.
Traducción del artículo "Shale Gas Industry Brings PSYOPs and Spy Ops to Poland" publicado en Desmoblog el 10 de octubre de 2012.
Traducido
por Lourdes Alonso, miembro de Traductoras/es an Acción, la red de traductoras/es e intérpretes voluntarios/as de Ecologistas en Acción.